SILVANA Y YO
Ciro Cáceres, un erudito en ciencias y arte, una promesa para la humanidad, vivía intensamente la era de las comunicaciones. Agotado luego de un interminable día de problemas, Ciro relajó su cuerpo en esa cama confortable y pulcra de su cuarto. Un par de horas después y medio somnoliento aún decidió prender su PC. Aquel día le pareció ser uno más de esos días aburridos, pero una sorpresa en el ordenador cambiaría en adelante su vida.
Ciro Cáceres, un erudito en ciencias y arte, una promesa para la humanidad, vivía intensamente la era de las comunicaciones. Agotado luego de un interminable día de problemas, Ciro relajó su cuerpo en esa cama confortable y pulcra de su cuarto. Un par de horas después y medio somnoliento aún decidió prender su PC. Aquel día le pareció ser uno más de esos días aburridos, pero una sorpresa en el ordenador cambiaría en adelante su vida.
Abrió su correo electrónico y encontró un mensaje nuevo, el remitente señalaba a una tal Silvana. Ciro intentó recordar ese nombre, mas no lo pudo ubicar como alguno de sus parientes o amigas.
El contenido del mensaje lo atrapó, decía lo siguiente:
¡Hola Ciro! hace mucho quería conocerte y por fin decidí escribir, he observado tu trabajo en el banco sé que eres muy inteligente, amable, honesto y responsable. Este mail te va a sorprender mucho ya que no me conoces y quizás pienses que esta no es la mejor forma de conocernos, pero querido Ciro con seguridad te digo, es la única manera de comunicarnos, recuérdalo y ¡Confía en mí!
¿Por qué te elegí como amigo? - con el tiempo lo sabrás… ¿Qué es lo que quiero de ti? - que seas feliz ¿Cómo? - por medio de algunos consejos que te daré, pero debes seguirlos al pie de la letra, sólo entonces todos tus deseos y fantasías se realizarán.
Algo muy importante e indispensable, jamás le comentarás a nadie de la existencia de esta amistad virtual ¡A nadie! … o dejaré de comunicarme contigo.
En este momento va a sonar el timbre de tu casa…
Casi como al unísono de lo leído sonó el timbre, ring ring…
El timbre seguía sonando, pero Ciro no podía moverse estaba estupefacto, no podía creerlo todo coincidía, de súbito un temblor invadió todo su cuerpo, sintió la boca seca, la sangre se le helaba, iba a apagar la computadora, pero decidió seguir leyendo…
No contestes al llamado, tampoco sientas miedo querido es un regalito que estoy enviándote ahora mismo, cuando acabes de leer el e- mail lo recogerás y disfrutarás, de cualquier manera el mensajero que tocó el timbre se irá en este momento.
Y así ocurrió.
Entonces sé que esta no será nuestra última conversación, recuerda no hablarle a nadie de nuestra amistad. Seremos los mejores amigos y tú serás inmensamente prospero. Hasta pronto…
Silvana
P.d. No intentes buscarme, no me encontrarás materialmente.
Ciro estaba atónito, desconcertado, sintió que algún misterio excitante envolvía esta comunicación. Abrió su puerta y descubrió colgada en la cerradura de su puerta principal una bolsa, dentro de ella una gran Pizza con una tarjetita que decía: “disfrútala amigo Silvana”. El hambre mataba a nuestro amigo rompió la caja y casi se devoró toda la Pizza. Al día siguiente llegó al trabajo y prendió su ordenador. Con mucha alegría encontró un mensaje nuevo de Silvana que decía:
Hola Amigo:
Gracias por tu discreción sobre nuestra amistad. Por tu lealtad hoy conocerás los caminos seguros hacia la felicidad, hoy es un gran día para ti, luego del trabajo debes ir a la fiesta que organiza tu amigo Pablo allí conocerás a una mujer muy hermosa, vestida de rojo, nunca la has visto o conocido antes, sólo habla con ella y enamórala hazle saber que te interesa y ella te hará muy feliz.
Silvana
Ciro cerró su correo estaba excitado, hoy conocería a alguien especial. Llegó a casa se dio una ducha fría y se vistió rápidamente, lucía muy elegante y apuesto. Espero con ansias que dieran las 8:00 pm. revisó nuevamente su correo, mas ya no tenía otro mensaje nuevo de Silvana.
Partió rumbo a la casa de Pablo un buen amigo del trabajo. Ya en la fiesta Ciro estuvo bailando y charlando con todos, nadie sospechaba que el esperaba a esta dama de rojo. Con el transcurso de las horas su rostro se torno rígido. Dieron las 12:00 pm. y Ciro estaba molesto pensó que quizás alguien del trabajo le jugaba una broma con respecto a lo de Silvana, cuando estuvo a punto de irse a su casa, Pablo abrió la puerta de la casa y entraron 2 jóvenes amigas una era bajita y algo gordita, la otra amiga por el contrario era esbelta, alta con ojos grandes y claros, el cabello de oro, las piernas largas y blancas un vestido ceñido color rojo bellísimo que resaltaba ese cuerpo sensacional y un rostro de rosa silvestre, era encantadora.
Él se acercó a la dama y le dijo: hola mi nombre es Ciro Cáceres estuve esperándote toda la noche princesa y lo haría toda mi vida. la dama rió y lo sacó a bailar, ella lo miraba tiernamente entonces el aprovecho un descuido y sagazmente le robó un beso, ella aceptó sin preocupación el ósculo, él la apretaba muy fuerte a su cuerpo, cuando separaron sus labios Ciro le dijo: Silvana te amo, la dama ruborizada al escuchar ese nombre ajeno se molestó y alejó de él.
Cuando la dama de rojo se marchó, Ciro decidió regresar a su casa. Pablo interceptó a la dama en otro ambiente de la casa y le dijo: ¿Qué paso Amanda? No lo sé amigo, últimamente Ciro está muy raro.
Ciro llegó a su casa y encendió la computadora. Buscó algún mensaje nuevo, mas no encontró nada. Pasaban los días y no habían más mensajes Ciro sentía mucha nostalgia, quebranto interior, sintió como si el silencio de Silvana lo castigara, los días se tornaron años de tristeza para él. Hasta que luego de 3 días recibió un mensaje nuevo que decía:
Ciro: estoy bastante molesta contigo, te dije que no le hablaras sobre mí a nadie, eres un estúpido, jamás me vuelvas a nombrar o esta será mi última carta.
Silvana
Ciro experimento una dicha colosal al recibir un mensaje nuevo de Silvana, lo transformó. Luego se fue a dormir eufórico. Al día siguiente se levantó y sentó frente al ordenador busco algún mensaje nuevo y lo encontró, este decía lo siguiente:
Querido Ciro: Sé que eres muy infeliz en tu trabajo, no eres bien reconocido y tu sueldo no te permite ciertos lujos. Hoy esta situación económica va a cambiar, ¿estás listo? Bien, primero debes sacar todos tus ahorros…
Ciro corrió a buscar una cajita donde tenía unos pocos billetes y se sentó frente al ordenador a seguir leyendo.
Ahora debes ir al casino “Slot Palace” busca la zona del poker, ubica la maquina N° 26 y siéntate a jugar allí hasta que ganes, Suerte
Silvana
Ciro llegó al casino, encontró la máquina, acomodó bien su asiento pidió a la azafata un sándwich y una soda. Luego empezó a jugar. Se le veía feliz a pesar de que perdía todas las partidas. Una fe ciega en las palabras de Silvana le hacían jugar y jugar. Ya casi sin billetes, por fin una jugada en toda la noche, Ciro se alegró y le dijo al operador ¡Gané Gané! Jajaja... amigo gané págame. El operador se acercó a la máquina vio la jugada ganadora y le pagó 50 soles.
El operador pensó ¡Jamás vi a alguien tan feliz por haber ganado 50 soles!...
Ciro corrió hasta llegar a casa, e inmediatamente se sentó frente al ordenador revisó su correo y tenía un mensaje nuevo
Querido Ciro: La suerte estará de tu lado hoy y siempre. He pensado que debes descansar. Estás muy agotado, cuando despiertes encontrarás un par de buenas películas de acción en tu escritorio son esas de las que tanto te gustan, disfrútalas amigo.
Silvana
Después de leer el correo, Ciro sintió de súbito una satisfacción gratificante, una paz interna. Prendió el televisor y se puso a ver las películas. Reía y disfrutaba sus horas de ocio, aún le sobraba la Pizza que días atrás le regalo Silvana. Empezó a comer y disfrutar su película.
Los días pasaban y Ciro no salía de su casa, Amanda se enteró de esta situación por Pablo y decidió ir a visitarlo.
Amanda abrió la puerta del cuarto de Ciro con su llave; ingreso y encontró a Ciro frente al ordenador, pudo observar como él reía y disfrutaba viendo el ordenador oscuro.
El mal olor que despedía Ciro era insoportable, Amanda lo cogió de un brazo y lo llevó al baño prendió la terma, pero se dio cuenta de que no había electricidad, de todas formas lo aseo con agua fría, ella lo miraba con tristeza, notaba lo mucho que había cambiado, desde su separación. Lo arropó y le dijo que lo llevaría a su departamento. Ciro estaba muy débil hace días no comía. Él aceptó seguirla sólo le puso una condición:
- me llevaré mi computadora. O no me muevo de aquí.
Ciro subió al carro de Amanda. Él traía abrazado a su torso el monitor de la Pc. Llegaron a la casa y se instalaron.
Amanda fue a preparar algo rápido para cenar, Ciro estaba muerto de hambre. Cuando acabó se acercó a Ciro, lo observó, él estaba sentado frente a su monitor de la computadora, A ella le pareció que él leía algo, pero se dio cuenta que la computadora estaba apagada.
Sólo Ciro comprendía esa compulsiva unión máquina - hombre.

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